Desarrollo sostenible, más alla del 2016 o 2021
En el día de la Tierra, 22 Abril
El concepto de desarrollo sostenible a nivel económico, ambiental, social y ético debe ser incluido en el sistema productivo del país. El enfoque de querer tratar los temas de manera aisladas o que la toma de decisiones es unilateral ha caducado en una sociedad que busca mayor participación y cuestiona a las instituciones gracias al cambio tecnológico que permite acceder a información en tiempo real y formular interrogantes para conocer el impacto de las actividades humanas sobre su entorno.
En el Perú heredamos problemas que tal vez se pudieron prevenir y que se convirtieron en reclamos sociales, y que se transformaron en conflictos algunos con carácter ambiental, pero con trasfondo socioeconómico. Siendo la minería ilegal, un claro ejemplo de esta herencia, que hoy se ha convertido en una lacra no solo por las catastróficos efectos sobre los ecosistemas y al final sobre nuestros recursos naturales; también por el surgimiento del crimen organizado o mafias que controlan mercancías, personas y autoridades; y en futuro próximo demandas internacionales por contaminación de fuentes de agua con mercurio o cianuro.
La minería ilegal, el terrorismo que aun golpea y el narcotráfico que está latente, tuvieron un origen en común; estos surgieron en décadas y años pasados por la necesidad de la pobreza rural y la ausencia del estado, el cual estaba sitiado en la capital por la inacción de funcionarios públicos y el desinterés generalizado de la sociedad, que observaba estos problemas como lejanos hasta que tocaron la puerta de Lima centralista o estos desbordaban nuestros límites nacionales; además de un fallido proceso de descentralización carente capacidades y recursos financieros. Y aunque, el estado esta afrontado las amenazas; sin embargo, es necesario que se propongan objetivos un enfoque sistémico que promuevan la inclusión social y el desarrollo sostenible.
Recuerdo que era aún niño cuando el terrorismo llego frente a mi casa, fui un adolescente cuando el narcotráfico campeaba en nuestro país, y ahora que soy un adulto me pregunto si el agua que bebo no tendrá mercurio?, y no me atrevo a pensar en la pregunta de mañana.. nuestros hijos padecerán de alguna enfermedad terminal a consecuencia de los contaminantes presentes en el aire, en el agua, en el suelo, en nuestro alimento?,… agentes que van degradando nuestra calidad de vida y desafían nuestra existencia.
Interrogantes que podrían traducirse en cómo queremos al Perú más allá del 2021, en materia de desarrollo o desarrollo sostenible? La respuesta dependerá de lo que hagamos hoy para sensibilizar y concientizar en primer lugar a la sociedad civil, los gremios, a las instituciones, a los gobiernos locales y regionales, y que tenga como punto de partida el diseño y ejecución de políticas concertadas que promuevan un verdadero cambio en como incrementar y distribuir los beneficios económicos.
El incremento en la tasa comercial del país, no debe ser excusa para no buscar la sostenibilidad financiera, social, educativa, ambiental y ética que el país necesita. Un ejemplo claro de que es posible desarrollar sosteniblemente al Perú es el esfuerzo de personajes que gracias a su perseverancia han podido demostrar que es factible aprovechar nuestras riquezas como la diversidad cultural o megabiodiversidad para generar toda una industria gastronómica y agroexportadora, y generando valor a nuestro patrimonio natural y biológico muchas veces olvidado y relegado. De igual manera el incremento de la actividad eco-turística refleja una voluntad política y empresarial; aunque existe falencias en cultura de servicio al turista; han generado muchos puestos de trabajo en beneficio de familias, que aprovechan los servicios ambientales de las áreas protegidas por el estado o de conservación privada, entre otras.
Estas acciones, nos señalan el camino al éxito como país; pero que dependerá de nuestra habilidad para cambiar los hábitos y costumbres muy arraigadas en nosotros, los peruanos, en relación al incumplimiento de la leyes y el respeto hacia la autoridad y hacia a los demás. Así como de asumir los costos de políticas no implementadas en la lucha contra la corrupción y la informalidad.
Desde que tengo uso de razón, he visto a nuestro querido Perú desangrado y abatido; pero también que gracias al esfuerzo de sus hijos e hijas han salido adelante y ha generado espacios de reconciliación con la obligación nacional de aunar esfuerzos para establecer las prioridades como país y tener la esperanza que lograremos convivir en un Perú con mejor calidad de vida, en un ambiente saludable, democrático, equilibrado, y sostenible más allá del 2016 o del 2021. Y tal vez con el desarrollo de una Estrategia Nacional de Desarrollo Sostenible que considere las prioridades nacionales como son la de implementar el Plan Nacional Industrial, consolidar la generación de energía, promover las inversiones en sectores como la minería, pesca e infraestructura permitan al país no solo tener un crecimiento económico del 6% anual, sino un progreso nacional al 100%.